Fiebre, depresión, letargo, diarrea, pérdida de apetito, inflamación de los ganglios linfáticos, convulsiones, dificultad para caminar, taquicardia, intolerancia al ejercicio y desmayos.
Esta enfermedad, que ataca al corazón de los perros, está causada por un parásito que actúa multiplicando las células en el tejido muscular del corazón hasta hacerlas estallar
El parásito protozoario Trypanosoma cruzi, endémico de América del Sur y el sur de EEUU se expande por Europa y los países nórdicos a medida en que los climas cálidos llegan a la geografía de otras latitudes. El calor, por tanto es un factor de riesgo para la proliferación de este parásito que infecta a los perros a través del contacto con sus heces, contacto con sus babas o de manera congénita.
La manera de actuar del Trypanosoma cruzi es agresiva, ya que una vez que ha entrado en el cuerpo del perro, se aposenta en las células del tejido del músculo cardiaco. El parásito actúa como un reproductor acelerado de las células y termina rompiéndolas y causando problemas cardíacos.
Fiebre, depresión, letargo, diarrea, pérdida de apetito, inflamación de los ganglios linfáticos, convulsiones, dificultad para caminar, taquicardia, intolerancia al ejercicio y desmayos.
Las causas de la aparición de la enfermedad de Chagas tienen mucho que ver con un contagio de fluidos, sobre todo babas y heces. También puede pasar que una perra con esta enfermedad contagie a su camada si no es detectado a tiempo.
Y es que el parásito T. cruzi cuenta con una gran variedad de vías de contagio, desde los anteriores contactos a que, por ejemplo, intervenga un tercer agente como puede ser la picadura de flebotomos infectados, o que un perro muerda o ingiera otro animal infectado (por ejemplo un roedor, o las heces de un animal infectado). En cualquier caso, las causas siempre son el contacto con el parásito, y por tanto la prevención tiene mucho que ver con evitarlo.
Para poder saber si el perro ha contraído la enfermedad de Chagas será necesaria una completa inspección del perro. El veterinario solicitará un completo examen químico y utilizará radiografías para detectar los cambios en el corazón que provocan esta enfermedad. De igual modo, la enfermedad también puede ser detectada con ecocardiogramas o electrocardiogramas.
Los tratamientos y cuidados para la mejora del estado del perro una vez contraída la enfermedad son poco efectivos. Los cuidados del veterinario irán destinados a tratar de que el aparato cardiovascular no se vea rápidamente deteriorado.
Lo ideal sería prevenir y evitar el contacto con heces de otros perros, así como acostumbrar a nuestro perro a no morder ni juguetear con otros animales muertos. Es importante permanecer atento cuando paseamos a nuestro amigo para que no se entretenga a olisquear ni morder aquello que pueda ser sospechoso de estar contagiado con la enfermedad de Chagas.