En algunos perros se requiere de poco o ningún tratamiento, siendo suficiente el monitoreo regular; mientras que otros pacientes necesitaran de un tratamiento médico extenso o cirugía. La cirugía busca reemplazar la válvula defectuosa sin embargo, los resultados no son prometedores en la actualidad.
El tratamiento es personalizado y depende de factores como el estado de salud del perro, la progresión de la enfermedad y las complicaciones secundarias que pueda acarrear.
Inicialmente, se recomendará descanso absoluto en jaula y al mejorar, se le permitirá caminar lentamente con correa. Su veterinario le suministrará un protocolo detallado para la administración de medicamentos, ejercicio, dieta especializada con restricción en sodio y cualquier otra información vital para cuidar a su perro en casa.
Se programarán visitas a su veterinario todas las semanas durante el primer mes de tratamiento en donde se verificará el progreso de su perro con pruebas de laboratorio estándar, radiografías y electrocardiografía.
El pronóstico a largo plazo depende de la edad del perro, el estado actual de la enfermedad, afecciones recurrentes y la gestión de la salud de su mascota en el hogar.