Hay tres etapas de la Ehrliquiosis. En la fase subclínica las bacterias pueden estar presentes durante meses o años sin síntomas. En la fase aguda se produce un agrandamiento de los ganglios linfáticos, debilidad, letargo, falta de apetito, dificultad respiratoria y edemas en las extremidades. Y en la fase crónica puede presentar un anormal sangrado (básicamente nariz), pérdida de peso, problemas para respirar debido a la inflamación de los pulmones, inflamación de las articulaciones y dolor, convulsiones, falta de coordinación, dolor en los ojos, fiebre, anemia, insuficiencia renal y parálisis.