La disfagia o dificultad para tragar puede tener múltiples causas. Un perro que come de manera alterada, inclina y mueve mucho la cabeza mientras come, está delgado y presenta restos de comida en los pliegues puede sufrir disfagia oral. En casos graves puede presentar tos, vómitos, regurgitación y nauseas.

Las causas pueden ser varias:

• Anatómicas (paladar hendido, cuerpos extraños)
• Dolor: traumatismo, inflamación de faringe,…
• Neuromusculares: lengua paralizada,..
• Distrofia muscular: parálisis o debilidad de la faringe
• Neurológicas

Es complicado de diagnosticar porque existen múltiples causas. El veterinario deberá recabar información sobre síntomas y datos relevantes (enfermedades, lesiones,….).

Después realizará radiografías para ver si en la boca o en la faringe detecta alguna masa. Si sospechara de un posible tumor extraerá una muestra de tejido para una biopsia.

El tratamiento depende de la causa que provoque la disfagia. En todos los casos es muy importante que el perro no pierda peso.

Será muy importante ayudar al perro a una correcta alimentación. Si el problema está en la boca se debería colocar la comida al final de la boca para ayudarle a tragar y si está en la faringe se le ayudará a tragar elevando la cabeza. Siempre es aconsejable colocar el bol de la comida a la altura de su cabeza para facilitar la deglución.

Si el perro no pudiera mantener el peso sería conveniente colocar un tubo estomacal para alimentarlo.