El veterinario realizará las pruebas básicas: perfil químico sanguíneo, hemograma completo, panel de electrolitos y análisis de orina. El dueño, por su parte, facilitará todo es historial de enfermedades del perro y los síntomas que detecte. Para descartar la infestación de parásitos se analizará en el microscopio una muestra fecal.
El diagnóstico diferencial es la mejor vía para llegar a una conclusión válida. Se trata de inspeccionar en profundidad los síntomas visibles y aparentes, descartando causas comunes hasta que se encuentre el origen correcto del problema para tratarlo de manera adecuada.