Los síntomas varían según la causa y el origen. Los síntomas más usuales incluyen:
- Volumen inusual de heces
- Pérdida de peso
- Defecación anormalmente frecuente
- Mucosidad en las heces
- Heces negras parecidas al alquitrán (melena)
- Vómitos
Se trata de un cambio en la frecuencia, consistencia y volumen de las heces del gato durante más de tres semanas. Puede comenzar en el intestino delgado o grueso, la diarrea puede ser secretoria (donde es muy acuosa) u osmótica (no acuosa).
Los síntomas varían según la causa y el origen. Los síntomas más usuales incluyen:
Anormalidades del intestino delgado
Anormalidades del intestino grueso
El veterinario puede realizar un examen físico completo del gato y además, una endoscopia para tomar biopsias de los intestinos. Las muestras fecales, los perfiles químicos sanguíneos, el análisis de orina y los paneles de electrolitos también pueden ayudar en el diagnóstico.
Como las causas de la diarrea pueden ser muchas, el veterinario tendrá que ir analizando según crea donde pueda estar la causa. Si cree que se debe a una enfermedad pancreática, examinará el páncreas; si cree que puede estar causada por un objeto extraño realizará radiografías y ultrasonidos abdominales; si cree que puede estar causado por parásitos tendrá que examinar el manto de pelo,...
El tratamiento se adecuará a la causa que haya provocado la diarrea. Si existen problemas de deshidratación, se le suministrará al gato una terapia de fluidos.
La dieta se cambiará si se determinan intolerancias o alergias. Los alimentos recomendados serán bajos en grasa y altamente digestivos. Si se trata de una enfermedad, el veterinario recetará la medicación más apropiada. Ahora bien, si el gato tiene un objeto extraño en los intestinos o un tumor, la cirugía es imprescindible.
Una vez establecido el tratamiento hay que comprobar si el gato responde y volver al veterinario inmediatamente si vemos que no mejora.
Atención: los parásitos que producen diarrea también pueden afectar a las personas así que mucho cuidado.