Caspa, folículos pilosos con aceite, caída de pelo, infecciones en la piel con pus, olor a grasa y puede llevar a la rotura de la piel y consecuente infección bacteriana.

La enfermedad se produce por un desprendimiento excesivo de las células de la piel o una incapacidad de estas células por adherirse. Esto suele producirse por culpa de deficiencias de vitaminas o alimentos, infecciones de la piel, trastornos hormonales, enfermedades del sistema inmune o tumores. 

El veterinario primero realizará una inspección física del perro y una vez confirmado el exceso de descamación tratará de averiguar la enfermedad subyacente.

Primero se realizarán analíticas completas de sangre y orina para confirmar el estado general de salud del perro. Es importante confirmar que no existe ningún desequilibrio en los valores de las analíticas. 

Si los resultados de las analíticas fueran normales, el veterinario pasaría a analizar el tejido cutáneo. Primero realizaría un raspado cutáneo y se analizaría en el laboratorio para buscar posibles patógenos. Si tampoco revelara nada, probablemente el veterinario tenga que hacer una biopsia para analizar la salud del tejido cutáneo o una prueba intradérmica de alergia.

Y lo último que quedaría es una prueba de eliminación de alimentos si quisiera comprobar que no hay ninguna alergia alimenticia.

Para solucionar la descamación, primero el veterinario tratará de solucionar la causa subyacente.

Para reducir la derscamación, el veterinario recetará medicamentos tópicos con pomadas hidratantes. Los baños eliminarán las escamas de la piel pero podrían ser perjudicial porque podrían provocar una mayor sequedad. Para evitarlo hay que utilizar chapús de ácido salicílico o de peróxido de benzoilo que permitirán una renovación celular.

Si el veterinario hubiese detectado falta de vitamina A o de zinc, entonces también recetará suplementos.