Aunque todavía no tengamos la causa bien identificada, el veterinario actuará sin esperar para curar las posibles lesiones o infecciones que se haya hecho el perro al rascarse. Si la herida está infectada, el veterinario recetará antibióticos.
El tratamiento puede incluir también ungüentos o cremas medicinales. En caso de que la dermatitis haya sido provocada por una alergia serán muy útiles los antihistamínicos.
Si la dermatitis estuviera provocada por una alergia, lo más fácil sería que tratásemos de que esa sustancia externa no vuelva a entrar en contacto con nuestro perro. Sin embargo si esto no fuera posible y la reacción alérgica fuera grave, para solucionar el problema definitivamente deberíamos plantearnos la posibilidad de utilizar vacunas hiposensibilizantes.
Las vacunas hiposensibilizantes se utilizan para acostumbrar al cuerpo a la presencia de alérgenos. Esto se realiza inyectando al paciente alérgico pequeñas dosis con presencia del alérgeno. Las cantidades de la sustancia que produce la alergia se va incrementando poco a poco para permitir que el cuerpo se vaya acostumbrando sin generar una reacción. De esta forma, al final del proceso tendríamos un perro que ya no tiene alergia al alérgeno o que al menos tiene menos reacción.