Problemas de equilibrio, intolerancia al ejercicio, comportamiento incoherente, pérdida de visión, ataxia, temblores, debilidad, retraso en el crecimiento, desmayos y convulsiones.
La enfermedad de almacenamiento lisosómico es principalmente de origen genético, causada por la falta de las enzimas necesarias para realizar funciones metabólicas básicas. Como consecuencia, se acumulan sustancias en las células que normalmente serian eliminadas por las enzimas. Por ello, las células se hinchan y no funcionan normalmente por una acumulación anormal de glucolípidos, oligosacáridos o mucopolisacárido dentro de los lisosomas.
Las razas más propensas son el Pastor alemán, Beagle, Terrier de Mojón, Sabueso Azul, Terrier de montaña del oeste, Setter inglés, Braco alemán de pelo corto y Perro de agua portugués.
Problemas de equilibrio, intolerancia al ejercicio, comportamiento incoherente, pérdida de visión, ataxia, temblores, debilidad, retraso en el crecimiento, desmayos y convulsiones.
Es una enfermedad hereditaria o genética.
El veterinario elaborará un historial completo, tomando en cuenta la naturaleza de los síntomas y la raza de la mascota. Para determinar la deficiencia de enzimas metabólicas, se realizará un hemograma completo, un perfil bioquímico y un análisis de orina. Igualmente, se podrá realizar una radiografía de tórax y abdomen, ultrasonido del abdomen y biopsia del tejido.
No existe cura para la enfermedad pero el veterinario tratará de controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del perro. Se indicará un plan dietético para prevenir la hipoglucemia y reducir los sustratos que no se puedan metabolizar. En caso de deshidratación, se administrarán líquidos y electrolitos vía intravenosa. Se requiere de monitoreo cuidadoso porque existe un alto riesgo de desarrollar infecciones secundarias.
El veterinario también puede tratar de reemplazar las enzimas que faltan en el cuerpo del perro. Es necesario controlar regularmente el azúcar en sangre, el crecimiento y el estado de hidratación del perro.
Esta enfermedad es progresiva y desafortunadamente en la mayoría de los casos, es fatal. Sería aconsejable evitar la cría puesto que la enfermedad es genética y hereditaria.