Hay dos tipos de PIF reportadas: la húmeda (o forma efusiva), que ataca las cavidades del cuerpo, y la seca (o forma no efusiva), que ataca los diversos órganos. La forma húmeda tiende a progresar más rápidamente que la forma seca. En cualquiera de las dos, la condición del cuerpo se ve afectada, con el pelo áspero y sin brillo, y el gato cada vez más letárgico y deprimido.
Húmedo/Efusivo
- Fiebre persistente y sin respuesta
- Falta de apetito
- Pérdida de peso
- Diarrea
- Hinchazón gradual del abdomen (apariencia de barriga)
- Acumulación de líquido en la cavidad torácica
- Dificultad para respirar
- Estornudos, nariz que gotea
Seco/no efusivo
- Poco crecimiento en los gatitos
- Anemia
- Ictericia
- Diarrea
- Fiebre
- Inflamación de varias partes del ojo
- Síntomas neurológicos (por ejemplo, pérdida de la capacidad de coordinar los movimientos o pérdida de la visión)