Mal aliento, pérdida de apetito y de peso, dificultad para respirar, secreción nasal que se prolonga por un tiempo, sangrado ocasional en la nariz, exceso de lágrimas y de estornudos, convulsiones, ojos saltones y nariz con apariencia deforme.
Los tumores que crecen en el epitelio del interior de la nariz y los senos paranasales se conocen como carcinoma de células escamosas. Son el segundo tipo más común de tumor nasal en perros. Ocurren con mayor frecuencia en ambos lados de la nariz, siendo común que se propague a los huesos y tejidos cercanos e incluso al cerebro, causando convulsiones.
Por lo general, el carcinoma de células escamosas de la nariz y senos paranasales aparecen en perros mayores de nueve años pero también se ha observado en perros jóvenes.
Mal aliento, pérdida de apetito y de peso, dificultad para respirar, secreción nasal que se prolonga por un tiempo, sangrado ocasional en la nariz, exceso de lágrimas y de estornudos, convulsiones, ojos saltones y nariz con apariencia deforme.
La causa es aún desconocida. Se han identificado factores de riesgo como los genéticos, las infecciones crónicas y la exposición ambiental a irritantes (humo, polvo,...)
Las razas más predispuestas a sufrir la enfermedad son el dachshund, el collie, el pastor alemán, el golden retriever y el labrador retriever.
El veterinario realizará una exploración y palpación de la nariz y el hocico y solicitará un recuento sanguíneo completo, un perfil bioquímico y tomará muestras de secreción nasal. Las radiografías de cabeza y pecho serán útiles para determinar si hay tumor presente, el tamaño del mismo y si ha invadido al hueso o si este se ha extendido a los pulmones.
La tomografía computarizada o una resonancia magnética de la cabeza de su mascota, proporcionará una imagen más detallada del tumor. Además, también se podría realizar una rinoscopia para ver con un endoscopio el interior de la cavidad nasal.
Finalmente, las biopsias son esenciales para determinar el tipo exacto de carcinoma al igual que muestras del líquido linfático que indicará si el carcinoma se ha expandido a otros órganos.
Los tumores de la nariz y senos paranasales se tratan con una combinación de cirugía, radioterapia y/o quimioterapia. En la cirugía es probable que tengan que extirparse parte de los senos afectados por el tumor. Luego, una vez limpiado y recuperado el perro, se aplicará terapias de radio o quimioterapia, según sea el caso. En algunos casos no será viable la cirugía y se aplicará sólo radioterapia.
Tras la operación, es posible que el perro experimente inflamación, secreción nasal o infecciones causadas por hongos. Normalmente los síntomas desaparecen en unas semanas pero si no fuera así, el veterinario le prescribirá los medicamentos apropiados.
Los carcinomas pueden reaparecer tras el tratamiento y diseminarse por el cerebro. El pronóstico es reservado en estos casos.