Cáncer intestinal (adenocarcinoma) en perros
Urgencia: Puede esperar
Pronóstico: Malo

El adenocarcinoma es un tumor maligno que se origina en el tejido glandular y epitelial (el revestimiento de los órganos internos). 

Este tipo de crecimiento tumoral maligno puede invadir cualquier parte del sistema gastrointestinal, incluido el estómago, los intestinos delgado y grueso y el recto.

Suele afectar a perros de más de seis años de edad. Ninguna raza en particular está predispuesta a padecerlo y es más común en perros machos que en hembras. Por desgracia, este tipo de cáncer suele ser mortal. 

Se sospecha alguna causa genética en los pastores belgas. 

Síntomas

Vómitos con sangre, pérdida de peso, falta de apetito, dolor abdominal y heces negras o con sangre.

Causas

Desconocidas.

Diagnóstico

La detección precoz es clave. 

En los análisis básicos de sangre, perfil bioquímico y pruebas fecales se puede detectar anemia, debido sobre todo a la pérdida de sangre a través de las heces. Las heces también se examinarán para encontrar rastros de sangre en principio no visibles. 

Mediante radiografía de contraste se puede detectar la dónde está la neoplasia y cuál es su tamaño. Se tomarán muestras del intestino y estómago utilizando la técnica de ultrasonido. Finalmente, con un endoscopio se tomará una muestra del adenocarcinoma para su posterior biopsia. 

Tratamiento

El adenocarcinoma puede ser extraído mediante cirugía pero, si existe metástasis es muy difícil eliminar todo el tejido neoplásico.  Y de hecho, estos tumores, por desgracia, crecen con bastante rapidez. 

En el caso que afecte al intestino, es posible retirar la parte afectada y suturar las partes sanas. Se puede intentar un tratamiento de quimioterapia a pesar de sus pocas garantías de éxito. Lo mejor es usar analgésicos para disminuir el dolor al máximo posible. 

Si el perro ha sido sometido a cirugía, son recomendables visitas cada tres meses para evaluar el progreso de la enfermedad mediante rayos X

La tasa de supervivencia en perros con adenocarcinoma gástrico, suele ser de dos meses, mientras que en los casos de neoplasia intestinal es de aproximadamente diez meses. 

Ahora bien, solo el veterinario le confirmará el estado del perro después de evaluarlo por completo.