Crecimiento o llagas cerca de pelos de color blanco, costras y llagas sangrantes que no sanan con cremas. Los sitios más habituales son el ano, las piernas, los pies y la nariz.
Existen distintos tumores de piel en los perros y la mayoría son benignos. El carcinoma afecta a las células más externas de la piel: el epitelio.
Se caracteriza por la presencia de una masa blanca que después se ulcerará, necrosará y puede sangrar con el tiempo. Los carcinomas suelen ser malignos y muy invasivos y por ello conviene actuar cuánto antes. Ante la primera sospecha es recomendable acudir al veterinario.
Los perros más propensos a desarrollar este tipo de cáncer son aquellos con mayor exposición al sol y que viven en zonas de mayor altitud. También afecta más a los perros de pieles claras y pelo corto.
Crecimiento o llagas cerca de pelos de color blanco, costras y llagas sangrantes que no sanan con cremas. Los sitios más habituales son el ano, las piernas, los pies y la nariz.
Sobreexposición a la luz solar y a los rayos ultravioletas.
El veterinario preguntará por los hábitos del perro y los síntomas detectados.
El veterinario realizará una exploración física con especial atención a los problemas de piel. También mirará los nódulos linfáticos para ver si están agrandados porque podría significar que el cuerpo está luchando contra cuerpos extraños.
Si sospechara del cáncer, el veterinario analizará el líquido linfático por si se detectará células cancerígenas que implicaría que hay metástasis.
El veterinario también utilizará los rayos X para inspeccionar el alcance del tumor y los órganos si ha habido metástasis.
Para conocer el tipo de tumor lo mejor sería realizar una biopsia o extirpar quirúrgicamente la masa detectada para analizar. En algunos casos puede ser suficiente con una aspiración con aguja para extraer una muestra de células.
El tratamiento dependerá del tipo de tumor y de la extensión.
Para que el tratamiento sea lo menos invasivo, se debería detectar antes de que la lesión se vuelva cancerosa. En este caso probablemente bastaría con una medicación tópica. Si la lesión y el tumor fuera pequeño, trataríamos de eliminarlo con criocirugía (congelación), fotodinámica o quirúrgicamente.
Si la zona afectada fuera amplia pero operable, recurriríamos a la cirugía y después se realizaría un injerto. Si la zona ya no fuera operable, el veterinario recetará quimio o radioterapia.
Durante el tratamiento probablemente el veterinario tenga que recetar medicamentos para calmar el dolor. El perro debería recuperarse en un sitio tranquilo y el ejercicio debería estar limitado. También es necesario controlar la ingesta de comida y agua durante el tratamiento porque el perro podría dejar de comer o beber y debería evitarse la deshidratación o desnutrición.
Es una enfermedad complicada y lo mejor es la prevención. Habría que limitar las horas de exposición al sol, evitar las horas centrales del día y utilizar cremas solares.