Por su agresividad, requiere de acciones inmediatas. Es posible que se le recomiende la amputación de la extremidad afectada si no hay metástasis del tumor. Para los tumores nasales, la radioterapia es normalmente el tratamiento de elección. Si el tumor afecta las costillas, el veterinario puede extirpar las costillas afectadas y los tejidos pulmonares cercanos a través de una escisión amplia para prevenir metástasis.
Después de la cirugía, tendrá que limitar la actividad de su gato apartándolo a un lugar tranquilo donde pueda descasar y si es necesario, puede considerar el reposo en jaula. Si la mascota no experimenta dolor, puede considerar caminatas lentas. Siga las instrucciones del veterinario al momento de recetarle los analgésicos, ya que una sobredosis podría causar la muerte del animal.
El veterinario puede sugerirle hacer un seguimiento cada tres meses y se tomarán radiografías de rutina de la parte afectada y otras áreas del cuerpo para verificar recurrencia y diseminación del tumor.