Los síntomas clínicos generales de los tumores carcinoides incluyen anorexia, vómitos, pérdida de peso debido a la insuficiencia hepática y enfermedades cardíacas.
Los carcinoides son pequeños tumores neuroendocrinos que generalmente se desarrollan en el tracto gastrointestinal, el hígado o vesícula biliar. Son de crecimiento lento pero normalmente se expanden por el cuerpo (metástasis). Afortunadamente, son raros aunque se ha detectado en gatos de más de 9 años.
Las células neuroendrocrinas producen hormonas que trabajan con el sistema nervioso para reforzar una gran variedad de actividades para mantener el cuerpo en buenas condiciones. Las mayores concentraciones de estas células pueden encontrarse en todo el cuerpo y órganos, incluyendo los pulmones, hígado, intestino, esófago, boca y piel.
Los síntomas clínicos generales de los tumores carcinoides incluyen anorexia, vómitos, pérdida de peso debido a la insuficiencia hepática y enfermedades cardíacas.
Al igual que con muchos tipos de cáncer, la causa y factores de riesgo para los tumores neuroendocrinos son desconocidos. La ubicación del tumor, su tamaño, cómo influye en la funcionalidad del órgano afectado y si se ha iniciado la metástasis son decisivos en el tratamiento.
Es posible que un tumor intestinal cause síntomas parecidos a las enfermedades gastrointestinales corrientes como crecimiento anormal del tejido e inflamación. Por lo tanto es imprescindible un diagnóstico diferencial.
La imagen por ultrasonidos identificará los tumores primarios y la posible metástasis. Ahora bien, sólo con una biopsia de los tejidos afectados se puede llegar a un diagnóstico definitivo. Con un microscopio electrónico y tinciones inmunohistoquímicas se identifican las sustancias que secretan los tumores carcinoides.
La extirpación quirúrgica del tumor por completo puede ser la mejor manera de curar la enfermedad. Los síntomas gastrointestinales pueden eliminarse mediante la reducción del tumor mediante cirugía.
El veterinario determinará las opciones de tratamiento que ayuden a minimizar la metástasis para que nuestra mascota se sienta cómoda.
Si no se puede extirpar el tumor, se recomiendan ecografías anuales para controlar su progreso de manera que, en el momento en el cual afecte a un órgano vital, pueda ser tratado rápidamente.