Cálculos urinarios en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

La nefrolitiasis se refiere a una condición médica caracterizada por la aparición de cristales o cálculos conocidos como nefrolititos o cálculos urinarios en el tracto urinario.

Los riñones están compuestos por miles de nefronas que se componen por vasos sanguíneos y tubos por los que se filtran los desechos que lleva la sangre que eliminamos por la orina. Los cálculos urinarios se forman en los riñones y pueden entrar en el sistema de conductos que van hacia el uréter y causar complicaciones. 

Podemos distinguir distintos tipos de cálculos urinarios en función de su composición:

Síntomas

Sangre en la orina, vómitos, infecciones recurrentes del tracto urinario, dificultad para orinar, y ganas de orinar frecuente con un volumen pequeño de producción. Pueden aparecer otros síntomas, pero varían según la ubicación y el tipo de las piedras.

Algunos nefrolitios pueden estar "inactivos"; lo que significa que no están infectados, no aumentan progresivamente y no causan obstrucción o signos clínicos. Los cálculos urinarios inactivos pueden no requerir ninguna intervención, pero deben ser monitoreados periódicamente (a través del análisis de orina, por ejemplo) para detectar cualquier cambio.

Causas

Tenemos causas relacionadas con una mala dieta y también con infecciones recurrentes del tracto urinario. Hay que vigilar estos dos aspectos en perros con historial de cálculos o con antecedentes en la familia. 

La dieta no debe producir un ph alcalino elevado y habría que controlar los niveles de calcio y ácido úrico en sangre y orina. Los factores genéticos y la toma de medicamentos también pueden ser una causa en algunos casos.


Diagnóstico

El veterinario primero realizará una palpación para ver si detecta alteraciones o dolores en la zona.

El veterinario preguntará sobre los síntomas detectados. Si se hubiese detectado la imposibilidad de orinar, el veterinario deberá intervenir inmediatamente y colocar un catéter para que pueda salir la orina y administrará líquidos y electrolitos si la circulación estuviera descompensada.

En caso de no ser una emergencia, el veterinario realizará pruebas de imagen para ver la ubicación y el tamaño de las piedras que es lo que determinará el tratamiento más adecuado. El veterinario realizará ecografías y radiografías de la zona.

También se puede detectar cristales en la orina analizando en el microscopio una pequeña muestra de orina.


Tratamiento

El tratamiento, como decíamos, dependerá de la zona dónde se encuentren los cálculos, del tamaño y de la materia que los constituya.

Normalmente, lo más fácil sería tratar de expulsar el cálculo con la orina con la ayuda de medicamentos y bebiendo mucha agua. Otra opción, si el tamaño no es muy grande, podría ser la urohidropropulsión que serviría para forzar la expulsión de las piedras.

Si la piedra fuera demasiado grande para ser expulsada, podría aplicarse la técnica de la litotricia extracorpórea que utiliza ondas de choque para tratar de romper las piedras en pedacitos más pequeños que después puedan ser expulsados por la orina.

Y si con todo, no consiguiéramos retirar las piedras que obstruyen el tracto urinario, deberíamos recurrir a la cirugía.

En estos casos, el pronóstico siempre es bueno a menos que encontremos alguna enfermedad subyacente grave. Lo único es que hay grandes posibilidades de recaída. Se calcula que casi la mitad de los perros vuelven a “fabricar” piedras y por ello es muy importante que el veterinario prescriba una dieta adecuada para el perro y se tenga muy presente que es necesario una buena hidratación (el perro debe beber cuanta más agua mejor). También es importante potenciar las salidas para tratar que la orina permanezca el menos tiempo posible en la vejiga.