Letargo, debilidad, colapso repentino, síncope. En caso de intoxicación por digoxina (un medicamento utilizado para tratar muchas enfermedades cardíacas y que a veces se dosifica en exceso) el perro también puede mostrar vómitos y diarrea.
El bloqueo auriculoventricular de segundo grado también conocido como bloqueo auriculoventricular de segundo grado Mobitz tipo II es una afección que ocurre cuando la conducción eléctrica se desvía, debido a que algunos impulsos no se transmiten desde las aurículas a los ventrículos, afectando a la contracción y a las funciones de bombeo de los músculos del corazón.
Las razas Cocker Spaniels, Pugs y Dachshund americanos están predispuestas al bloqueo AV de segundo grado. También, los perros mayores presentan riesgo de padecerla.
Letargo, debilidad, colapso repentino, síncope. En caso de intoxicación por digoxina (un medicamento utilizado para tratar muchas enfermedades cardíacas y que a veces se dosifica en exceso) el perro también puede mostrar vómitos y diarrea.
Son muchas las causas que pueden producir un bloqueo AV de segundo grado tipo Mobitz II, entre ellas tenemos degeneración relacionada con la edad dentro del sistema de conducción cardíaca en perros mayores, neoplasia cardíaca, infecciones que afectan al corazón, enfermedad del músculo cardíaco, traumas, efectos secundarios de medicamentos como la digoxina o complicaciones de enfermedades no cardíacas.
En el caso de la raza Pug la condición puede ser hereditaria.
El veterinario preguntará por el historial médico del perro y los posibles incidentes que podrían haber precedido la afección, enfermedades previas o antecedentes de tratamientos. Igualmente se realizarán pruebas estándar de laboratorio que incluyen conteo sanguíneo completo, perfil bioquímico y análisis de orina. Adicionalmente, un hemocultivo serviría para detectar la presencia de agentes infecciosos.
La electrocardiografía es indispensable para el diagnóstico inicial y evaluación de los parámetros funcionales y estructurales del corazón. La ecocardiografía también es útil para medir los impulsos eléctricos del corazón. El veterinario medirá la presión arterial del perro para verificar si hay hipertensión relacionada con la enfermedad cardíaca.
El tratamiento dependerá de la enfermedad subyacente que esté causando el bloqueo AV. Por lo general, no requiere tratamiento si se logra determinar que la frecuencia cardíaca se mantiene a un nivel en el que corazón bombea suficiente sangre para el mantenimiento fisiológico normal del cuerpo. De lo contrario, es posible que el veterinario recomiende el uso de un dispositivo marcapasos.
Si los síntomas persisten, el perro requerirá de reposo absoluto en jaula, al igual que dietas especiales. Se programarán visitas con frecuencia con el fin de evaluar el estado y progresión de la salud cardíaca del perro.