Cólicos, vómitos, hinchazón abdominal, heces anormales, anorexia, tos (causada cuando las larvas lombriz han emigrado hacia los pulmones del perro) y letargo.

Los perros se contagian por comer alimentos, vómitos, heces o agua con huevos de lombriz. Los cachorros también pueden contraer la enfermedad si se amamantan con leche de un perro infectado.

El veterinario primero realizará un examen físico del perro y se fijará en la zona abdominal para ver si está hinchada. Ante la sospecha de que el perro sufra la enfermedad, realizará un análisis fecal en busca de gusanos o huevos de ascárides.

Los gusanos y las larvas de ascárides se eliminan con productos químicos. Una vez suministrada la correspondiente medicación será conveniente que el veterinario vuelva a analizar las heces para asegurar que ya está libre de ascárides.