- Vocalización excesiva (maullido)
- Masticar tela y hasta ingesta
- Excesivo aseo: Puede seguir a los cambios ambientales
- Paseo compulsivo: Puede comenzar de forma intermitente y aumentar en frecuencia
El miedo es un sentimiento que resulta de una amenaza externa (real o imaginario). El miedo persistente y excesivo se denomina fobia. Y la ansiedad es una reacción provocada por una anticipación de miedos futuros.
El miedo y la ansiedad provocan una serie de reacciones en los gatos que muchas veces hay que modificar. Por ejemplo, en los miedos lo más típico es que el gato salga corriendo o haga pipi y en la ansiedad que maulle en exceso o tenga un comportamiento destructivo.
La mayoría de los miedos y ansiedades se desarrollan antes de los 12 meses y por ello es importante que los gatitos sociabilicen de forma adecuada.
Normalmente los miedos y la ansiedad se explican por los antecedentes que ha vivido cada gato. Por ejemplo, un gato que no ha sido expuesto a estímulos externos cuando es pequeño, es normal que después sea temeroso.
El veterinario evaluará el comportamiento del gato y tratará de descartar otras causas que puedan provocar los mismos síntomas.
Si el gato sufre ansiedad deberá hablar con su veterinario. Podrá recetar medicamentos pero sólo son recomendables en casos graves (ansiolíticos).
Para tratarlo deberá aplicar una terapia de modificación de conducta o de desensibilización. Nunca hay que empezar el tratamiento en pleno episodio de ansiedad o pánico y habrá que esperar a que el gato esté relajado.
Para la desensibilización hay que exponer al gato a los incentivos que provocan el miedo o la ansiedad en pequeñas dosis e ir incrementando de forma que finalmente el gato ignore lo que antes consideraba una amenaza.
Y para la modificación de conducta deberemos entrenar al gato para que en vez de tener una reacción negativa tenga una reacción positiva.