La anemia no regenerativa normalmente se debe a un mal funcionamiento de la medula ósea o también puede deberse a razones extra medulares como por ejemplo: déficit de hierro, tumores, insuficiencia renal, trastornos endocrinos, medicamentos, toxinas, radiación, envenenamiento por plomo o por trastornos hereditarios.
Y la anemia regenerativa puede estar causada por una pérdida de sangre o por la destrucción de los glóbulos rojos. La pérdida de sangre puede ser interna en las cavidades corporales o externa, a través de heridas, traumatismos, problemas de coagulación, pérdida por orina, parásitos y hemorragias gastrointestinales. Por otro lado, la anemia producto de la destrucción de las células sanguíneas puede ser provocada por parásitos, sustancias o fármacos que producen daños oxidativos de la hemoglobina, trastornos inmunitarios, infecciones bacterianas y virales o por cáncer.