El veterinario primero preguntará tratando de averiguar si el perro ha estado en el campo o ha tenido alguna lesión o pelea. También realizará un análisis de sangre y de orina completo para determinar el estado de salud general del perro. En el análisis podría detectar un aumento de glóbulos blancos y esto ya sería un indicio de una infección.
Si hubiese alguna herida por la que se sospechara que hubiese podido entrar la bacteria, el veterinario tomará una muestra de piel o de pus para un cultivo bacteriano en el laboratorio. El cultivo, además de confirmar la enfermedad, también será muy útil para establecer el tratamiento más adecuado.