Si la gata sufrió un aborto espontáneo, el veterinario buscará signos de una enfermedad subyacente o una infección. Para ello, realizará un examen físico completo acompañado de un examen de sangre, perfil sanguíneo y análisis de orina. Las pruebas revelarán la presencia de bacterias, parásitos o rastros de infecciones subyacentes.
La ecografía es una herramienta importante después de un aborto espontáneo debido a que en ocasiones, el gato no puede expulsar toda la materia del embarazo, lo que podría provocar una infección o hemorragia interna.